Día 9: Hinckley a Leicester

Algunas reflexiones de hoy.

Los días comienzan a desdibujarse entre sí: levantarse temprano, desayuno abundante, hacer las maletas, cargar la furgoneta (¡ahora funciona sin problemas ya 5 días seguidos!), apresurarse al punto de encuentro, primeros pasos, entrar en ritmo, hablar de locales. luchas y desafíos globales, almuerzo, fotos, ondear nuestras banderas, discursos, batucada, quitarse la chaqueta, ponerse la chaqueta, canciones en español, gente fascinante, cena cálida, no hay tiempo para escribir el blog, ducha y cama.

Dos cosas que nos mantienen con ganas en este emocionante pero agotador viaje en montaña rusa son, en primer lugar, la solidaridad que estamos recibiendo de los grupos locales y, en segundo lugar, nuestro grupo particular de marchistas.

¡Samba de XR Leicester y Nottingham !

Anoche tuvimos una reunión de grupo con una sabrosa sopa de lentejas (¡gracias Claire y Jan!) Y un par de botellas de vino tinto. Compartimos cómo nos estábamos sintiendo (¿Cómo se siente el corazón?) Y todos comentamos lo (sorprendentemente) bien que van las cosas. A pesar de las barreras del idioma, uno de nuestro grupo no habla español y otros tres apenas hablan inglés, trabajamos bien juntos. Dimos la vuelta al círculo mencionando rodillas doloridas, ampollas persistentes, familiares extrañados y nuestro eterno agradecimiento a nuestros anfitriones.

Luego de esta ronda de sentires, asignamos las distintas tareas de logística y comunicación para el día siguiente: Carlos López – conductor de la camioneta, Nicky – contactando con grupos locales, Carlos Buj – lectura de mapas y Maribel – copiloto. El encuentro terminó con Anton, nuestro londinense favorito que se asegura de que mantengamos el ritmo; le hemos nombrado aragonés de honor.

Hoy fue un buen día con un sol brillante en lo alto y no muchas millas (solo quince o sean 24 km ). Partimos en la furgoneta de Coventry y comenzamos a caminar desde Hinckley (donde habíamos llegado el día anterior). Julie y John fueron nuestros guías fantásticos durante el día, evitando que nos perdiéramos y señalando puntos de interés locales. Paramos para tomar una taza de té en el club de rugby Leicester Forest y charlamos con las familias que llavaron a sus hijos para el partido de rugby del domingo. Justo en las afueras de Leicester escuchamos un acogedor ritmo de samba que nos acompañó hasta el centro, donde había una buena multitud esperándonos. Después de algunos discursos y almuerzo, nos fuimos a nuestros anfitriones, para relajarnos (y digerir…) antes de un gran buffet indio por la noche.

Gracias Leicester, ha sido fabuloso.

Escrito por: Becky Stoakes

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